Julio Cortázar
Incovenientes en los servicios públicos
A las ocho
de la mañana los famas empezaron a encender sus receptores, deseosos
de escuchar los boletines así como los anuncios
del Geniol y del Aceite Cocinero que es de todos el primero.
Y los escucharon, pero en rumano, de modo que solamente entendían
la
marca del producto. Profundamente asombrados, los famas
sacudían
los receptores pero todo seguía en rumano, hasta
el tango Esta noche
me emborracho, y el teléfono de la Dirección
General de Radiodifusión
estaba atendido por una señorita que contestaba
en rumano a las
clamorosas reclamaciones, con lo cual se fomentaba una
confusión padre.
Enterado de
esto el Superior Gobierno mandó fusilar al cronopio
que así mancillaba las tradiciones de la patria.
Por desgracia el pelotón
estaba formado por cronopios conscriptos, que en vez
de tirar sobre el
ex- Director General lo hicieron sobre la muchedumbre
congregada en la Plaza de Mayo, con tan buena puntería que bajaron
a seis of oficiales de marina y a un farmacéutico. Acudió
un pelotón de famas, el cronopio fue debidamente fusilado, y en
su reemplazo se designó a un distinguido autor
de canciones folklóricas y de un ensayo sobre
la materia gris. Este fama restableció el idioma nacional en la
radiotelefonía, pero pasó que los famas habían perdido
la confianza y casi no encendían los receptores. Muchos famas, pesimistas
por naturaleza, habían comprado diccionarios y manuales de rumano,
así como vidas del rey Carol y de la señora Lupescu. El rumano
se puso de moda a pesar de la cólera del Superior Gobierno, y a
la tumba
del cronopio iban furtivamente delegaciones que dejaban
caer sus lágrimas
y sus tarjetas donde proliferaban nombres conocidos en
Bucarest, ciudad
de filatelistas y atentados.
Tres cronopios
y un fama se asocian espeleológicamente para
descubrir las fuentes subterráneas de un manantial.
Llegados a la boca
de la caverna, un cronopio desciende sostenido por los
otros, llevando
a la espalda un paquete con sus sandwiches preferidos
(de queso). Los
dos cronopios-cabrestante lo dejan bajar poco a poco,
y el fama escribe
en un gran cuaderno los detalles de la expedición.
Pronto llega un primer mensaje del cronopio: furioso porque se han equivocado
y le han puesto sandwiches de jamón. Agita la cuerda y exige que
lo suban. Los cronopios- cabrestante se consultan afligidos, y el fama
se yergue en toda su terrible estatura y dice: NO, con tal violencia que
los cronopios sueltan la soga y acuden a calmarlo. Están en eso
cuando llega otro mensaje, porque el cronopio ha caído justamente
sobre las fuentes del manantial, y desde ahí comunica que todo va
mal, entre injurias y lágrimas informa que los sandwiches son todos
de jamón, que por más que mira y mira, entre los sandwiches
de jamón no hay ni uno solo de queso.
Un cronopio
encuentra una flor solitaria en medio de los campos. Primero la va a arrancar,
pero piensa que es una crueldad inUtil y se pone
de rodillas a su lado y juega alegremente con la flor,
a saber: le acaricia los pétalos la sopla para que baile, zumba
como una abeja, huele su perfume
y finalmente se acuesta debajo de la flor y se duerme
envuelto en una gran paz.
La flor piensa: "es como una flor"