Se graduó
en la Escuela Mariano Acosta de
Buenos Aires, realizó estudios de magisterio y
se graduó como maestro
de primaria y secundaria en 1932, estudió después
en la Facultad de
Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos
Aires. Cuando aprobó
sus éxámenes de primer curso, trabajó
durante algún tiempo de maestro
rural en Bolívar y Chivilcoy,
pueblos en la provincia de Buenos Aires.
En 1938 publicó una colección de sonetos,
Presencia, único libro del
cual no permitió su reedición, lo califica
de «poesía muy mallarméana».
Tres años más tarde publicó el ensayo
Rimbaud, los dos, bajo el
seudónimo de Julio Denís.
En 1944 fue
llamado para enseñar literatura en la Universidad de
Cuyo, en Mendoza, donde más tarde
se vió involucrado en demostraciones
en contra de Juan Domingo Perón. Cuando éste
ganó las elecciones, Julio renunció a su trabajo antes de
ser despedido. Volvió entonces a Buenos
Aires donde encontró trabajo dirigiendo la Cámara
Argentina del Libro.
En 1946, Jorge Luis Borges, entonces
editor de un periódico literario
llamado Anales de Buenos Aires, publicó
el cuento de Cortazar La Casa Tomada, convirtiéndose éste
en su primer cuento publicado, más no el primero que
escribió. Un año después el mismo periódico
publicó su
segunda narración y Lejana, apareció el
año siguiente en Cabalgata, publicación mensual
de Buenos Aires dedicada a las artes y las letras.
(...)
Nos dejó en febrero de 1984.
1 «El que yo naciera en Bruselas fue consecuencia del turismo y de la diplomacia. Mi padre formaba parte del personal de una misión comercial agregada a la legación en Bélgica y, como acababa de casarse, se llevó a mi madre con él a Bruselas. Fue mi destino nacer durante la ocupación alemana de Bruselas al iniciarse la I Guerra Mundial.»
2 «Tenía yo casi cuatro años
cuando mi familia pudo regresar a la Argentina.
Yo hablaba principalmente francés y de esa lengua retuve
esa «r» afrancesada
de la que jamás pude desprenderme.»
3 «Crecí en Bánfield,
población de las afueras de Buenos Aires, en una casa
con un gran jardín lleno de gatos, perros, tortugas y papagayos;
un paraíso. Pero
en ese paraíso ya era yo Adán, en el sentido en que
no conservo recuerdos felices
de mi infancia -demasiadas tareas, sensibilidad excesiva, tristeza
frecuente, asma, brazos rotos, primeros amores desesperados (mi cuento
Los venenos tiene mucho
de autobiográfico).»
5 «Pero después de esos intentos
no fue sino a los treinta o treinta y dos años -aparte de una serie
de poemas esparcidos por aquí y por allá, perdidos o quemados-
cuando empecé a escribir historias cortas. sabía instintivamente
que mis primeras historias jamás serían publicadas pues me
había impuesto un elevado nivel literario
y estaba decidido a alcanzarlo antes de publicar mi primera obra.
Aquellos cuentos eran lo mejor que yo era capaz de hacer en aquel momento,
pero no los juzgué aceptables, a pesar de que algunos contenían
ciertas buenas ideas. Jamás presenté ninguno a ningún
editor.»
6 «Soy maestro de escuela. Me gradué
en la Escuela Mariano Acosta de
Buenos Aires, completé mis estudios para obtener el título
de magisterio y luego ingresé en la Facultad de Filosofía
y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Aprobé los exámenes
del primer curso y fue entonces cuando me ofrecieron un puesto de maestro
en una población de la provincia de Buenos Aires; como en
casa no andábamos sobrados de dinero, y yo quería
ayudar a mi madre que había sufragado mi educación a costa
de grandes sacrificios -mi padre nos abandonó
siendo yo muy niño y jamás se preocupó de la
familia-, abandoné los estudios universitarios a la primera oportunidad
que tuve de trabajar, teniendo veinte
años, y ma trasladé al campo. Allí pasé
cinco años trabajando de profesor de instituto. Y allí fue
donde comencé a escribir cuentos sin soñar jamás en
publicarlos.
7 « Al poco tiempo me fui al oeste,
a Mendoza, a la Universidad de Cuyo, que
me había propuesto impartir unos cursos esta vez a nivel
universitario. En 1945-46, sabiendo que iba a perder mi trabajo, ya que
había participado en la resistencia contra Perón, al ganar
él las elecciones presidenciales, presenté la dimisión
antes
de verme entre la espada y la pared como les ocurrió a muchos
colegas míos que prefirieron continuar en sus puestos.»
8 « Encontré trabajo en Buenos
Aires y allí continué escribiendo historias pero dudaba mucho
en llegar a publicar un libro. En ese sentido creo que siempre tuve
una visión muy clara. Me observaba a mí mismo, estudiando
mi propio desarrollo
sin querer jamás forzar las cosas. Sabía que llegaría
un momento en que lo que yo escribiera valdría un poco más
de lo que escribían otro de mi edad en Argentina. Pero a causa de
mi elevado concepto de la literatura consideraba estúpida la costumbre
de publicar cualquier cosa, como se hacía en aquellos tiempos, en
que
un chico de veinte años, autor de un puñado de sonetos,
corría de un lado para
otro tratando de que alguien se los aceptara para la imprenta. Y
si no conseguía encontrar quien se los publicara, pagaba él
mismo los gastos de edición... Y así
me reservaba».
9 «Estaba completamente seguro de que desde, digamos, 1947, todas las cosas que iba guardando eran buenas, algunas incluso muy buenas. me refiero, por ejemplo, a ciertas historias de Bestiario. Sabía que antes de mí nadie había escrito cuentos como aquellos en español, al menos en mi país. Existían otras cosas, como los admirables relatos de Borges, por ejemplo; pero lo que yo hacía era diferente.»