Darío Jaramillo Agudelo
Poemas de amor
Ese otro que también me habita,
acaso propietario, invasor quizás
o exiliado en este cuerpo ajeno o de ambos,
ese otro a quien temo e ignoro, felino
o ángel,
ese otro que está solo siempre
que estoy solo, ave o demonio,
esa sombra de piedra que ha crecido
en mi adentro en mi afuera,
eco o palabra, esa voz que responde
cuando me preguntan algo,
el dueño de mi embrollo, el
pesimista y el melancólico y el inmotivadamente alegre,
ese otro,
también te ama.
Podría perfectamente suprimirte de mi vida,
no contestar tus llamadas, no abrirte la puerta de la
casa,
no pensarte, no desearte,
no buscarte en ningun lugar común y no volver
a verte,
circular por calles por donde sé que no pasas,
eliminar de mi memoria cada instante que hemos compartido,
cada recuerdo de tu recuerdo,
olvidar tu cara hasta ser capaz de no reconocerte,
responder con evasivas cuando me pregunten por tí
y hacer como si no hubieras existido nunca.
Pero te amo.