Raúl Gómez Jattin
Retratos
Fuiste un testigo indolente
ni comprendiste
Ni a ayudaste a la víctima
Fuiste un cómplice de la perfidia y la ignorancia
Tácitamente aceptaste
que aquel hombre no valía la pena
Cuando lo llevaban al matadero
estabas cerca de él
y sólo miradas de rencor le prodigaste
Cuando te preguntaron
si aquel amigo que aparecía en sus poemas eras
tú
lo negaste airado
¿Hoy que vives entre cosas cotidianas
te olvidas de aquella época ilustre
cuando a tus pies tuviste la poesía?
Cuanta congoja agazapada
llevas Eusebio
El paisaje moral de tus contemporáneos
te afectó como una lepra blanca
Eres demasiado sensible muchacho
Recógete en los libros
en tu alquimia
en el calor de tu madre
El resto no vale la pena Eusebio
Son fantasmas
Muchedumbres de fantasmas ebrios.