Raúl Gómez Jattin
Amanecer en el valle del Sinú
Airoso en su galope
levantó la mano armada
hasta su sien
y disparó:
suave derrumbe
del caballo al suelo
Doblado sobre un muslo
cayó
y sin un solo gemido
se fue a galopar
a las praderas del cielo.
Ya para qué seguir siendo árbol
si el verano de dos años
me arrancó las hojas y las flores
Ya para qué seguir siendo árbol
si el viento no canta en mi follaje
si mis pájaros migraron a otros lugares
Ya para qué seguir siendo árbol
sin habitantes
a no ser esos ahorcados que penden
de mis ramas
como frutas podridas en otoño.
Gallo de ónix y oros y marfiles rutilantes
Quédate en el ramaje con tus putas mujeres
Hazte el perdido El robado Hazte el loco
Anoche le oí a mi padre llegó tu hora
Mañana afílame la tijera para motilar al
talisayo
Me ofrecieron una pelea para él en Valledupar
Levántate temprano
Y atrápalo a la hora del alimento Dijo mi padre
Talisayo campeón en tres encuentros difíciles
He rogado y llorado que te dejen para siempre como padre
gallo
Pero a mi viejo ya le dieron el dinero
Y me compró un juego de dominó para engañarme
Pero ya estás cantándole a la oscuridad
Para que se vaya Te contestaron tus vecinos
Y mi padre está sonando sus chancletas en el baño
Es imposible evitar que te manden otra vez a la guerra
Porque si mañana te espanto padre de todas maneras
hará prenderte por José Manuel el indio
Así que
Prepárate a jugarle sucio a tu contendor Pues
le robé al indio un veneno de serpiente cascabel
para untarlo en las espuelas de carey
En medio del tumulto y la música de acordeones
me haré el pendejo ante los jueces que siempre
me han creído un niño inocente y te untaré
el maranguango letal Es infalible como el mismo diablo
Voy a apostar toda mi alcancía a nuestra victoria
Con lo ganado construiré un disfraz de carnaval
Y lo adornaré con tus mejores plumas.