Clarice Lispector
Yo escribo
como si fuera para salvar la
vida de alguien. Probablemente
mi propia
vida. Vivir es una especie de locura
que la
muerte hace. Vivan
los muertos porque en
ellos vivimos.
De repente las cosas ya no necesitan tener
sentido. Me satisfago en ser.
¿Tú eres? Estoy seguro de que sí.
El sin sentido de las cosas me produce
una sonrisa de complacencia. Sin duda todo debe estar
siendo lo que es.
Hoy es un día de nada. Hoy es hora
cero. ¿Existe acaso un número
que no es nada? ¿Qué es menos de cero?,
¿qué empieza en lo que
nunca empezó porque siempre era? ¿Y era
antes de siempre? Me ato a
esta ausencia vital y rejuvenezco
por entero, al mismo tiempo contenido
y total. Redondo es el inicio y
sin fin, yo soy el punto antes del cero y el
punto final. Del cero al infinito voy caminando sin parar.
Pero al mismo tiempo todo es tan fugaz. Yo siempre fui e inmediatamente
ya no era.
El día corre fuera a la deriva
y hay abismos de silencio en mí. La
sombra de mi alma es el cuerpo.
El cuerpo es la sombra de mi alma.
Este libro es mi sombra. Pido permiso
para pasar. Me siento culpable
cuando no os obedezco. Soy feliz a la hora equivocada.
Infeliz cuando
todos bailan.
Me dijeron que los lisiados se regocijan
así como me han dicho que
los ciegos se alegran. Es que los
infelices se resarcen."