Alejandra Pizarnik
El
infierno musical (1971)
Había que escribir sin para qué, sin para
quién.
El cuerpo se acuerda de un amor como encender la lámpara.
El silencio es tentación y promesa.
Debajo de mi vestido ardía un
campo con flores alegres como los
niños de la medianoche.
El soplo de la luz en mis huesos cuando
escribo la palabra tierra.
Palabra o presencia seguida por animales perfumados;
triste como
sí misma, como el suicidio; y que me sobrevuela
como una dinastía
de soles.