Dejemos al amor y vamos con la pena...
Vayamos al Nirvana o al reino de
Thuté,
entre brumas de opio y aromas de
café,
y abracemos la vida con ansiedad
serena
Y lloremos un poco por lo que tanto
fué...
por el amor sencillo, por la amada
tan buena,
por la amada tan buena, de manos
de azucena...
Corazón mentiroso si siempre
la amaré.