Alejandra Pizarnik
La
Condesa Sangrienta
La Virgen de Hierro
...parmi les rires rouges
des lévres luiantes et les gestes
monstrueux des femmes mécaniques.
R. Daumal
Había
en Nüremberg un famoso autómata llamado la "Virgen de Hierro".
La condesa Báthory adquirió una réplica
para la sala de torturas
de su castillo de Csejthe. Esta
dama metálica era del tamaño y del color
de la criatura humana. Desnuda, maquillada, enjoyada,
con rubios cabellos
que llegaban al suelo, un mecanismo permitía que
sus labios se abrieran
en una sonrisa, que los ojos se movieran. La condesa,
sentada en su
trono, contempla. Para que la "Virgen" entre en acción
es preciso tocar algunas piedras preciosas de su collar. Responde inmediantamente
con horribles sonidos mecánicos y muy lentamente alza los blancos
brazos
para que se cierren en perfecto abrazo sobre lo que esté
cerca de ella
--en este caso una muchacha. La autómata la abraza
y ya nadie podrá desanudar el cuerpo vivo del cuerpo de hierro,
ambos iguales en belleza.
De pronto, los senos maquillados de la dama de hierro
se abren y
aparecen cinco puñales que atraviesan a su viviente
compañera de largos cabellos sueltos como los suyos. Ya consumado
el sacrificio, se toca otra piedra del collar: los brazos caen, la sonrisa
se cierra así como los ojos,
y la asesina vuelve a ser la "Virgen" inmóvil
en su féretro.